Llevo un mes haciendo bromas con mis propósitos de Año Nuevo. Como si esta vez fueran diferentes. Como si esta vez fuera a cumplir alguno. Volver a escribir estas crónicas no era uno de ellos. Y quizás por eso mismo lo estoy haciendo.
No nos engañemos. Escribo por encargo. Como un escritor profesional, pero mucho más barato. Mis dos lectores más acérrimos me pidieron que volviera a escribir; mi correctora merece una crónica mal escrita que reventar con críticas feroces pero, sobre todo, mi vicepresidente y anhelante capitán lo sugirió sutilmente en un mensaje de texto. “He pensado que una crónica… qué te parecería hacerla…”. Y yo que soy avispado….